miércoles, 25 de junio de 2008

HISTORIA DEL FUTBOL ARGENTINO - CAPITULO II

LOS PRIMEROS CLUBES

El 3 de junio de 1887, la más joven de las ciudades argentinas, La Plata, tenía su primer club. Se llamó Gimnasia y Esgrima La Plata y sería el decano de las instituciones deportivas que hoy militan en la Asociación del Fútbol Argentino. Prácticamente había nacido con la ciudad. Su estadio se iba a levantar en un sitio tradicional de la capital provinciana: el bosque platense. En sus comienzos, fiel a su nombre, fue un club de gimnasia y esgrima, bajo el lema “Mens Sana in Corpore Sano”. Recién en 1893, seis años después de su fundación, se convirtió en un club de fútbol. Ya para entonces practicaban fútbol otras dos instituciones: Quilmes y Rosario Central. Pero eran clubes ingleses, en tanto que Gimnasia fue el primer club de fútbol auténticamente argentino, con esa mezcla de gringos y criollos que integraban su primera Comisión Directiva y que sigue siendo la esencia fundamental de nuestra tierra.

Un grupo de residentes británicos funda, el 27 de noviembre de 1887, un club exclusivo para socios de las islas: el Quilmes Athletic Club, quien desde su fecha de nacimiento se dedica a la práctica del fútbol, constituyendo en la actualidad la entidad más antigua que lo practica de todas las que militan en la Asociación del Fútbol Argentino.
El 24 de diciembre de 1889, como una muestra más que el fútbol tuvo su afianzamiento tanto en las zonas portuarias com
o entre los empleados ferroviarios, nace en la ciudad de Rosario el Central Argentine Railway Athletic Club, que con el correr de los años pasó a llamarse simplemente Rosario Central (foto).
Unos años más tarde, en 1893, Alejandro Watson Hutton funda la Argentine Association Football League, marcando un hito en la estructuración del fútbol organizado en Argentina. Reunidos los representantes de seis equipos que participaron en el primer certamen (Caledonian´s, Quilmes, Saint Andrews, English High School, Lomas y Flores) acordaron las bases del Campeonato ganado por Lomas, que también lograría los torneos en los sucesivos cinco años. Con el tiempo, Quilmes sería el único “sobreviviente” de este primer torneo. En 1896 surge el club Banfield, y en 1898 aparecen Belgrano Athletic Club (club que en los albores de 1900 le peleó palmo a palmo la supremacía al gran Alumni de los hermanos Brown) y Estudiantes de Buenos Aires.


Un año antes del nacimiento del siglo XX, surge una nueva institución criolla, producto de un hecho anecdótico que merece contarse: la gran mayoría de los equipos conformaban un cerrado círculo social al que integrarse resultaba muy difícil. Un joven quilmeño que quiso ingresar al equipo de Quilmes Athletic Club pero no era británico fue rechazado por el club. Entonces se juntó con otro grupo de criollos y funda Argentino de Quilmes al que, por su origen, se lo conocerá con el mote de “Los Mates”, mientras que el Quilmes Athletic será el club de “los Johnnies”.

Aquel arranque de los ingleses locos corriendo tras una esfera de cuero ante la mirada atónita de los criollos, poco a poco fue entrando en el gusto de la gente. Había comenzado en los colegios, pero las construcciones ferroviarias que se extendían a lo largo del país propiciaron un auge extraordinario. Las empresas inglesas encargadas del tendido de líneas ofrecieron dos cosas vitales: primero, el interés de sus hombres en practicar fútbol, y segundo, los terrenos lindantes a las vías que terminan convirtiéndose en canchas con la autorización de los funcionarios de las empresas, quienes además ofrecen materiales y mano de obra para levantar los escenarios. Además de todo eso, la predisposición a incorporar el fútbol a la vida interna de la empresa hace que se otorguen facilidades para jugar, dándoles a los jugadores licencias y hasta pasajes gratis para viajar. Así, con los años, aparecieron fenomenales futbolistas-ferroviarios como Bernabé Ferreyra, Gabino Sosa, Indaco, Octavio Díaz...

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