Alberto Ohaco (foto), delantero y capitán del Racing que se adjudicó siete campeonatos consecutivos durante el amateurismo, quedará en la historia por su corrección y caballerosidad tanto dentro como fuera del campo de juego. Tal era la personalidad del atacante que a lo largo de su carrera nunca expresó una queja o un gesto de reprobación ante los fallos adversos de los árbitros. En uno de los enfrentamientos con Estudiantil Porteño, el referí convalidó un gol del propio Ohaco, luego de que éste introdujera con la mano una pelota centrada por un compañero. Sin embargo, el capitán académico no pudo aceptar dicha situación y corrió a disculparse con el hombre de negro y a confesarle que su propia anotación, a pesar de no haber existido mala intención, carecía de validez. Para Ohaco su honestidad valía más que un simple triunfo deportivo.
viernes, 23 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario