jueves, 1 de mayo de 2008

ANECDOTAS - QUINTA ENTREGA

Durante el campeonato mundial de 1958, jugado en Suecia el jugador brasileño Garrincha (llamado Manoel Francisco Dos Santos pero famoso por el apodo que le pusieron de niño por su afición a la caza de pájaros, que en el Mato Grosso se conocen como "garrincha") adquirió en una tienda local una radio a transistores tan cara como moderna para los tiempos que corrían. Apenas arribó de regreso a la concentración, Garrincha -considerado por la prensa un genio adentro de la cancha pero muy inocente fuera de ésta- mostró orgulloso la flamante adquisición a sus compañeros, quienes, asombrados, lo felicitaron por su buen gusto en la elección. Sin embargo, Américo, el famoso masajista de los tetracampeones mundiales, lo apartó y le explicó que había hecho un mal negocio. "Este aparato no te va a servir en Brasil -le dijo Américo al ex delantero del Botafogo- porque solamente transmite en sueco". Ingenuo como pocos, Garrincha encendió la radio y comprobó que, efectivamente, en todas las estaciones los locutores hablaban el idioma escandinavo. En medio de las maldiciones proferidas contra el vendedor que le había recomendado el aparato, el delantero se lo cedió al astuto masajista, quien de esta manera se apoderó, a un costo infinitamente inferior al abonado por Garrincha, de la radio que "sólo sirve para los suecos".

No hay comentarios: